Camboya, buscavidas, guasona, orgullosa, tierna y entranyable

Goooood morning Spain! Como estan nuestros queridos amigos, parientes y seguidores varios!
Por estas latitudes andamos lo que viene siendo asados, o mas exactamente dada la humedad reinante, cocidos. Nos vamos acercando a la temporada calida del sudeste asiatico y, la verdad, se nota; temo aun asi que nos queden todavia dias peores en ese sentido.
Los dos ultimos dias los hemos dedicado a visitar parte del inmenso complejo de templos de Angkor, recientemente elegido una de las maravillas del mundo moderno. Hemos caminado bajo las imponentes torres de Angkor Wat, sostenido la mirada de los enigmaticos y titanicos rostros del Bayon de Angkor Thom, y contemplado a la naturaleza reclamar su terreno sobre las caidas piedras del Ta Prohm, hemos recorrido en silencio los oscuros y humedos brazos del antiguo monasterio del Phrakan, atravesado los dinteles del Bahuon y hemos pasado cerca de otros magnificos testigos del apogeo del orgulloso imperio Khmer. Es muy dificil abarcar Angkor al completo, y dejamos una visita mas exhaustiva para un futuro en el que regresemos a Camboya con el presupuesto menos ajustado y el tiempo mas abierto, pero nos vamos con la sensacion de haber cumplido con nosotros y con Camboya que te pide en silenciosos gritos "Mira! No dejes de admirar lo que fuimos; una vez reinamos sobre todo el sudeste asiatico, Birmania, Siam, Laos y lo que ahora es Vietnam, y asi eran nuestras obras y nuestra riqueza!".
Que duro saberse grandes y vencidos, traicionados, manejados y saqueados, por otros y por su propia gente. Hay quien no conecta con la gente de Camboya, y no consigue digerir la manera en la que te asedian para venderte, pedir, y buscarse la vida en general. Choca con lo que uno esta acostumbrado a recibir de los relajados Laosianos y los adorables Tailandeses, pero los Camboyanos son, a poco que uno se detenga a considerarlos, de los mas entranyables de todos.
El camboyano medio se toma la vida como viene a cada segundo, se rie de quien puede, y acepta cada norma como un pequenyo consejo orientativo (especialmente las de trafico). Y las palabras claves aqui son "se rie". Porque conservan la sonrisa y el humor, despues de haberse visto reducidos a la minima expresion cuando hace menos de mil anyos eran el reino mas poderoso y floeciente del subcontinente, prodigo en arte, letras y ciencias; cuando fueron saqueados por sus vecinos y vieron todo aquello derrumbarse; cuando fueron traicionados por los franceses que en teoria venian a prestar su ayuda y que les obligaron a convertirse en una colonia a punta de canyon, para luego vender su ultimo y principal motivo de orgullo a Tailandia, contra la que debian prestarles su apoyo originalmente... Cuando hace menos de cuarenta anyos que la quinta parte de la poblacion fue masacrada en un genocidio brutal por los lunaticos asesinos de Pol Pot que, para mayor verguenza, se hacian llamar Jemeres ("... sus rostros eran humanos, pero bajo sus pechos latian corazones de demonios..." reza parte de una larga declaracion en los Campos de Exterminio cerca de Pnom Penh). Mas de dos millones y medio de personas (de una poblacion de 15 millones) fueron ejecutadas, torturadas o enterradas vivas por el terrible pecado de haber recibido una educacion o ser sospechosa de haberla recibido, mientras se abolia el arte, la musica, la literatura, la religion. Otras 625.000 murieron de hambre en el periodo de transicion. Sencillamente casi no existe en este pais un alma que no sepa de primera mano o a traves de su generacion mas proxima lo que es ver a amigos y familiares arrastrados fuera de sus casas para morir. Solo los ninyos estan un poco a salvo de esas imagenes.
Es muy dificil resisitirse a los pequenyos de Camboya, pillos, mendigos, voceadores de comercios, regateadores consumados... Si uno ha visto este pais en perspectiva una sonrisa vale oro, y haces todo lo posible por conseguirla. Saldras estafado varias veces al dia-obviamente lo de estafado es muy relativo- y lo disfrutaras. Mi primer regateo en Pnom Penh es un recuerdo que espero me acompanye mucho tiempo: buscabamos una guia de viajes de Vietnam, la Lonely Planet, o, mas especificamente, la edicion de calle camboyana, hecha con fotocopias (la parte de color en color, y la encuadernacion igual que la original, da el pego por todos lados excepto en la calidad de los planos fotocopiados, muy dificiles de leer), y nos paramos delante de un puesto a preguntar. Detras del puesto hay una senyora sentada y aun lado apoyada una ninya que no parece tener mas de cuatro anyos. Cuando pregunto por el precio no es la mujer sino la muchcha la que me responde. "Six dollars" con cara de negocios. Tres, contraataco yo. Ël padre que andaba por ahi se acerca sonriente y se agacha orgulloso junto a la pequenya, le guinya el ojo pero no interviene. "Five fity". Me va bajando de a poco. "Cuatro. Si me la das por cuatro me la llevo ya" le sonrio mostrandome cuatro dedos. Ella sonrie y levanta una manita de dedos minusculos, cinco dolares. Yo he estado preguntando e informandome y se que eso es caro, asi que le digo que cuatro es mi precio final. La chica menea la cabeza y se mantiene firme, asi que nos vamos a buscar en otro lado. Dura negociante, sabe ya hasta donde esta dispuesta a bajar y no ha consultado a nadie durante todo el proceso.
En Angkor, entre templo y templo te asedian para venderte postales, camisetas, guias, pulseras, y hacen con nosotros lo que quieren. Por ahora nos han colocado un paquete de postales (Pepo, necesito tu direccion para enviarte una), una docena de pulseras, un flautin, dos camisas, una camiseta y una guia. A veces conseguimos resistirnos pero es dificil. Ayer Max encontro una manera de salir del acoso al que le tenia sometido un pilluelo de unos seis anyos sacando medio paquete de galletitas que nos habian sobrado del desayuno. "Do you want cookies?" El crio dudo, pero la sonrisa que le ensancho la cara no podia mentir, y alla se fue devorando un par de galletitas de crema, para volver al rato con la cara llena de migas y sus postales, amagando con volver a vendernos pero sin quitar ojo al paquete de galletas. Repartimos las de Max y las mias en cinco minutos a varios chavales. Episodios como este son continuos demasiados para describirlos todos aqui, ya os caontaremos a la vuelta.
Hemos madrugado mucho aqui, levantandonos a las cinco ayer y a las cuatro hoy, porque hay que ior con la fresca o te puede dar algo. Hoy la idea era llegar a tiempo para ver la imagen mas preciada de ls templos: el amanecer sobre Angkor Wat. Pues alla qe hemos llegado y nos hemos buscado un sitio junto a los cientos de japoneses con sus camaras, filtros y tripodes, que eran una foto casi mas curiosa que la del propio templo. "Excuse me", reganyaba una britanica muy digna al nipon que se habia colocado delante con toda la impedimenta. Un tipo aha cometido la torpeza de ponerse a caminar al otro lado del estanque en el que se releja el templo y ha sido expulsado a gritos por los japoneses desde el otro lado: si hubieramos puesto especial atencion hoy habriamos aprendido a decir "Eh, capullo, sal de mi foto!" en japones. Un tipo parecido al senyor Miyagi de karate kid se ha extranyado de que le enfocara a el en vez de al templo y ha acabado inclinandose para saludar a mi camara. Pues lo mas cachondo es que al final ha amanecido nublao y ni un rao de sol para la foto. Max y yo nos partiamos a pesar del madrufon.
En fin, manyana solo tenemos que levantarnos a las seis para volver a Pnom Penh, donde haremos el visado de Vietnam, quedaremos con Patricia y Laura, y cruzaremos la frontera el fin de semana, aun no sabemos si en bus o en barco. Ya os iremos contando.
Se os quiere a todos, ya va quedando menos para contaros todo en persona. Besos y abrazos.
Tchack!